RESIDENCIAL ABIERTO PUÑO TERAPIA

El impulso agresivo no es algo negativo en sí mismo, sino una fuerza vital esencial que, cuando se expresa de manera saludable, nos permite establecer límites, protegernos y avanzar en la vida con determinación. 

En la naturaleza, los animales no reprimen su energía agresiva; la usan para defenderse, marcar territorio o cazar, y luego vuelven al estado de relajación sin quedar atrapados en el miedo o la culpa. 

En los humanos, sin embargo, el condicionamiento social y las experiencias traumáticas pueden hacer que reprimamos esta energía, generando síntomas de ansiedad, bloqueo o explosiones descontroladas. 

Desde Puño Terapia, trabajamos con esta energía no para reprimirla ni que se desborde, sino para integrarla de manera regulada en nuestro sistema nervioso. 

Cuando podemos sentir y descargar de forma segura la activación que nos genera el impulso agresivo, nos permitimos recuperar nuestra fuerza, nuestra capacidad de acción y nuestra seguridad interna.